La comida hindú ha ganado mucho en popularidad, y se podría pensar que los platos son difíciles de hacer o que requieren mucha elaboración dado los sabores complejos de las especias. La realidad es que no son difíciles de hacer, solo que la forma de cocinar es un poco diferente. La comida hindú se presta mucho a dietas vegetarianas y veganas y muchos de sus platos tienen legumbres como la base principal, y no requieren carne para tener un sabor exquisito. Un buen ejemplo de un plato hindú a base de vegetales que es nutritivo y además muy sabroso es el dhal (o daal, dal). El dhal se puede hacer con muchos tipos de legumbres diferentes, ya que en el subcontinente indio existen muchos tipos de guisantes, lentejas y garbanzos. Esta receta usa guisantes amarillos partidos, pero si no se encuentran se puede reemplazar por lentejas cambiando el tiempo de cocción acorde a la legumbre que se usa.
La mayoría de los ingredientes son bastante fáciles de encontrar. A mí me gusta la guindilla verde, pero también se puede usar una guindilla seca. El garam masala es una mezcla de especias que a veces no se encuentra en supermercados. Si este es el caso se puede reemplazar por comino, cilantro molido, cardamomo, clavo en polvo, nuez moscada y pimienta negra, a gusto de cada uno. Los dhals son muy aromáticos y fragantes, y lo bueno es que si te gusta la comida picante siempre se puede ajustar la cantidad de guindilla para dar más o menos picor. Esta es una comida de la que toda la familia puede disfrutar, y se sirve con arroz blanco recién hecho.