Dhal de guisantes amarillos partidos

La comida hindú ha ganado mucho en popularidad, y se podría pensar que los platos son difíciles de hacer o que requieren mucha elaboración dado los sabores complejos de las especias. La realidad es que no son difí­ciles de hacer, solo que la forma de cocinar es un poco diferente. La comida hindú se presta mucho a dietas vegetarianas y veganas y muchos de sus platos tienen legumbres como la base principal, y no requieren carne para tener un sabor exquisito. Un buen ejemplo de un plato hindú a base de vegetales que es nutritivo y además muy sabroso es el dhal (o daal, dal). El dhal se puede hacer con muchos tipos de legumbres diferentes, ya que en el subcontinente indio existen muchos tipos de guisantes, lentejas y garbanzos. Esta receta usa guisantes amarillos partidos, pero si no se encuentran se puede reemplazar por lentejas cambiando el tiempo de cocción acorde a la legumbre que se usa.

La mayorí­a de los ingredientes son bastante fáciles de encontrar. A mí me gusta la guindilla verde, pero también se puede usar una guindilla seca. El garam masala es una mezcla de especias que a veces no se encuentra en supermercados. Si este es el caso se puede reemplazar por comino, cilantro molido, cardamomo, clavo en polvo, nuez moscada y pimienta negra, a gusto de cada uno. Los dhals son muy aromáticos y fragantes, y lo bueno es que si te gusta la comida picante siempre se puede ajustar la cantidad de guindilla para dar más o menos picor. Esta es una comida de la que toda la familia puede disfrutar, y se sirve con arroz blanco recién hecho.

 

Tortillitas de pasas

Las tortillitas de pasas son un dulce tí­pico de Gibraltar y alrededores que seguramente surgió en tiempos donde los alimentos escaseaban. Cada familia tiene su forma de hacer las tortillitas de pasas. Algunas recetas, como esta son de tortillitas esponjosas, otras las hacen más compactas. Algunas personas cubren las tortillitas de azúcar, otras las enmelan con miel, y en Gibraltar es costumbre usar un jarabe de origen británico que se llama golden syrup. El golden syrup tiene un sabor a caramelo y también se puede hacer en casa si no se encuentra en el supermercado (en sabores del mundo, sección británica). Incluyo el enlace a Amazon como referencia al producto.

Siendo una persona golosa considero que es imposible comerse solo una tortillita de pasas. Es mejor consumirlas en el dí­a y no hacerlas muy de antemano, aunque ¡es mucho pedir que duren una vez que se hagan!

Tortilla de patatas sin huevo

La tortilla de patatas es un plato tan tí­pico y popular que es difí­cil pensar que se pueda hacer sin huevos. No obstante los veganos y los que son alérgicos a los huevos no tienen por qué privarse de este plato tradicional y delicioso.

Para hacer una tortilla de patatas sin huevo y apta para veganos es imprescindible usar la harina de garbanzos. Cuando se cocina tiene una textura parecida a la del huevo además de un sabor bastante neutro. Otro ingrediente que aunque no es imprescindible sí­ considero que es importante, es la sal negra del Himalaya, también conocida como kala namak. A veces se puede encontrar en algún supermercado pero se encuentra con relativa facilidad en herbolarios. Esta sal contiene azufre de origen volcánico que da un sabor a huevo, más específicamente a la yema del huevo. En esta receta se sustituye la sal normal por sal negra en la mezcla para dar ese toque de sabor a huevo, pero si no se tiene tampoco pasa nada, la tortilla de patatas seguirá estando muy rica.

Dicho todo esto, queda la pregunta ¿realmente sabe a tortilla de patatas? La respuesta es que no es igual, pero sí tiene bastante parecido y es un sustituto más que aceptable hasta para los paladares más crí­ticos. Una cosa que sí­ diré es que las tortillas de patatas sin huevo de supermercado no tienen ni punto de comparación con las caseras, así­ que os animo a que la probéis aunque no seáis veganos.

Hamburguesa de alubias y soja

Esta hamburguesa vegetal y vegana está hecha con alubias rojas y soja texturizada. No solo está deliciosa sino que puede satisfacer cualquier antojo de hamburguesa que se pueda tener. También es perfecta si estás haciendo una barbacoa y tienes invitados vegetarianos o veganos, o simplemente quieres una opción más saludable. Se puede servir con mayonesa vegana (veganesa), ketchup, brotes de ensalada, tomate y cebolla para una hamburguesa deliciosa.

Es cierto que en los supermercados hay hamburguesas a base de vegetales, algunas con tofu, otras de brócoli o coliflor, o cualquier otra variedad de verduras, pero pocas están sabrosas como las hamburguesas tradicionales. Es por eso que prefiero hacerlas caseras porque no solo están mas ricas sino que también son más económicas. Lo bueno es que se pueden hacer de antemano y congerlarlas hasta que se quieran cocinar.

Para esta receta utilizo alubias rojas de tarro, ya que tienen buen sabor y textura, aunque se puede utilizar cualquier legumbre. El otro componente es la soja texturizada que se puede encontrar en muchos supermercados. Es necesario hidratar la soja antes de usarla pero esto es muy fá¡cil y tarda solo unos minutos. La soja texturizada tiene poca grasa y es muy alta en proteí­nas (hasta un 50%) lo que la hace muy buen sustituto de la carne. Para unir todos los ingredientes utilizo la harina de garbanzo que actúa como el huevo en este caso. Esto hace que esta hamburguesa sea apta para veganos.

Ensalada de pimientos asados

Una de las ensaladas más tí­picas del verano por el sur, y claro, también en Gibraltar es la ensalada de pimientos asados. Se suele servir como acompañamiento a otros platos o tapas, y es muy fácil hacerlo en casa. Se pueden comprar los pimientos ya asados en su jugo, pero como es más económico comprar los pimientos y asarlos uno mismo. Me gusta utilizar una mezcla de pimientos verdes y rojos porque ambos tienen sabores diferentes.

Es mejor usar pimientos grandes y carnosos que los finos que son de frei­r y se pueden incluir tomates también. Es conveniente hacer esta ensalada de antemano, hasta el dí­a antes porque se sirve frí­a y requiere su tiempo para enfriar. Para un versión más exótica e interesante también se pueden asar algunas guindillas (no muy picantes) rojas y verdes para dar una toque picante.

Berza

La berza es un potaje muy tí­pico del sur de la pení­nsula ibérica, sobre todo en Málaga y Cádiz. Es por eso que también es uno de los potajes típicos de Gibraltar y alrededores. Esta versión tiene más que ver con la berza gaditana que la malagueña, ya que al igual que otros potajes típicos de esta zona, se usa la hierbabuena para dar un toque de sabor muy particular.

La berza tradicional suele contener bastante carne en forma de chorizo y solomillo de cerdo. Como esta es una versión a base de vegetales sustituyo los sabores utilizando más ajo y pimentón, los dos condimentos principales del chorizo. Esta versión vegetal (¡y vegana!) es mucho más ligera y saludable pero con todo el sabor. De hecho amigos que no son vegetarianos o veganos han probado esta versión de la berza y les cuesta creer que no incluya nada de carne.

Para reemplazar la carne me gusta usar seitán, aunque tampoco es esencial y se puede omitir por completo. Lo que sí­ creo que es imprescindible son dos condimentos que le dan un toque muy sabroso y profundad de sabor, y estos son el extracto de levadura (Marmite) y la pasta miso. Si es que no se pueden encontrar siempre se puede utilizar un poco de salsa de soja y sazonador Jugo de Maggi.

La mezcla de hierbabuena, tomate y ñoras (o pimentón dulce) es increí­blemente sabrosa. Lo que parecen sabores opuestos se equilibran perfectamente. También hay un toque de picante sutil con los granos de pimienta.

La forma de hacer la berza es como la tradicional, con la cebolla, calabaza y patata pasada por la batidora una vez hechas para formar una salsa. También suelo hacer la berza con garbanzos de tarro porque me ahorran mucho tiempo. Sin embargo si se quiere hacer con garbanzos secos hay que ponerlos en remojo y cocer durante más tiempo. Hay má¡s información sobre esto en los apuntes.

Ajoblanco

El ajoblanco es una sopa frí­a hecha con almendras, ajo, pan, vinagre y aceite de oliva. El ajoblanco es tí­pico de la zona de la Axarquí­a en la provincia de Málaga oriental (para los que no lo sepan, en el sur de España). Es un plato muy tradicional con unos orígenes que se remontan a la antigüedad de la é©poca de los romanos cuando la introdujeron en la región conocida como Hispania. El ajoblanco también se conoce como ‘gazpacho blanco’ y tiene tanta importancia en la gastronomí­a andaluza que hay pueblos de la Axarquí­a como Almáchar que tienen el ‘Festival de Ajoblanco’ cada septiembre, de interés turí­stico nacional.

Tradicionalmente se hace en un mortero usando pan duro y puesto en remojo la noche anterior. Esto es muy recurrente en la comida española con motivo de no desperdiciar nada. Hoy en dí­a las batidoras hacen un buen trabajo con un mí­nimo de esfuerzo, y dan una textura lisa y uniforme logrando emulsionar el aceite y el agua en la sopa.

El ajoblanco se suele servir con uvas moscatel, pero cualquier uva sin huesos será buena. También se puede servir con melón troceado o incluso manzana. Ya depende del gusto de cada uno y de lo que se tenga a mano. La fruta da equilibrio al sabor fuerte del ajo y la acidez del vinagre sin ser demasiado dulce.

Para la foto preparé un aceite de perejil para decorar pero esto ni es necesario ni es típico. Esta receta es de Matilde, una persona a la que tengo mucho cariño y que ha sido tan amable de darme su receta.

Tortilla de patatas

La tortilla de patatas es un plato muy típico de la cocina española. En Gibraltar también la comemos mucho aunque aquí­ se conoce coloquialmente como “torta papa”, . Es un plato favorito para llevar a la playa en los meses de verano. Incluyo esta receta para los que no estén familiarizados con la tortilla de patatas, pero es un plato muy sencillo compuesto de huevos, patatas y cebolla. Hay que decir que en España existe el debate de si la tortilla debe llevar cebolla o no….para míno hay opción, ¡es con cebolla sí o sí­!

Otra cosa a tener en cuenta es que a algunas personas les gusta la tortilla cuajada pero esponjosa, y otras personas la prefieren semicuajada y algo lí­quida por dentro. Yo la prefiero cuajada, no me gusta que el huevo me parezca que está crudo. Pero esto es a gusto de cada uno. Si la prefieres menos cuajada por dentro entonces hay que tenerla al fuego menos tiempo. También existen otras variantes, algunas personas le echan ajo, o pimientos asados pero para mi gusto no es necesario y la prefiero en su forma original.

La tortilla de patatas se suele comer a temperatura ambiente o frí­a así­ que se puede hacer de antemano o incluso el dí­a antes. Se puede cortar en triángulos (una tortilla da para 8 porciones), o se puede cortar en cuadraditos si se va a servir como aperitivo, con palillos de dientes para coger los trozos.

Arroz con leche

El arroz con leche es uno de mis postres favoritos por su sencillez pero también porque es muy tí­pico de la zona. Para los que no conozcan esta versión de arroz con leche, es un postre de arroz en una salsa cremosa infusionada con ralladura de limón y canela. Se suele servir con canela en polvo espolvoreado por encima. Este postre está bueno en cualquier época del año pero en Gibraltar y alrededores se hace más tí­pico en Semana Santa.

A pesar de que considero de que este postre es tradicional y básico, requiere atención y un mínimo de habilidad para que no se queme. Hay que mover constantemente pero tampoco es demasiado laborioso, ¡que no se asuste nadie!

Bizcocho de zanahorias

El bizcocho de zanahorias, o tarta de zanahorias (también conocido como carrot cake) es un postre muy popular y que admite muchas variaciones. De hecho, hay muchas diferentes recetas de bizcocho de zanahorias. Los hay que son más tarta con capas de bizcocho y la crema de queso en el centro, con nueces, o incluso diferentes especias. En esta receta pongo la crema encima del bizcocho y decoro con algunos arándanos secos y nueces mondadas, pero esto ya es a gusto de cada uno y de su creatividad.

Zanahorias aliñadas

Esta receta es muy tradicional del sur de España y también de Gibraltar, más conocida como zanahorias aliñá¡s. Primero se cuecen las zanahorias que luego se dejan enfriar y se aliñan con aceite de oliva y vinagre. A mí­ no me gusta el vinagre así­ que las suelo aliñar con limón, que es como aliño casi todas mis ensaladas. Ya eso es a gusto de cada uno.

Como muchos aliños de la comida del sur, esta ensalada lleva ajo crudo y pimentón. Estos sabores fuertes se complementan estupendamente con el dulzor de las zanahorias. Esta ensalada se puede comer sola pero es mas común hacerlo como aperitivo o acompañamiento a otros platos. Sin duda es uno de los platos estrella del verano.

Receta de minestra

La minestra es un plato tí­pico de Gibraltar de origen italiano ya que los genoveses (no solo de la ciudad de Génova, sino de la región al norte de Italia) viví­an aquí desde el siglo 16. A partir del siglo 18 los genoveses se convirtieron en el grupo mayoritario de la población de Gibraltar. Tanto es así­ que el dialecto de italiano genovés se seguía hablando en Gibraltar hasta mediados del siglo 19. No se debe confundir la minestra con la menestra de verduras o el minestrone italiano, que es una sopa. Este plato es un guiso hecho con alubias pintas, verduras, fideos y un toque de albahaca.

Esta receta ha estado en mi familia durante generaciones pero hay muchas pequeñas variaciones. Hay personas que hacen la minestra  pasando las verduras por la batidora haciendo una salsa espesa. Sin embargo a mí­ me gusta la minestra con las verduras cortadas porque aportan texturas interesantes. La minestra es un plato vegano ya que no lleva nada de lácteos ni producto animal, aunque normalmente se sirve con queso de bola maduro (Edam) curado pero no es necesario.

Mantecados de aceite

Los mantecados son muy populares y tradicionales en España y también en Gibraltar, sobre todo en navidades y semana santa. Para aquellos que no conozcan el mantecado, es una galleta con sabor a limón y canela, una combinación muy clá¡sica de la reposterí­a española, ye espolvorean con semillas de sésamo (ajonjolí­).

Si bien están deliciosos, los mantecados tradicionales, como muchos otros dulces tí­picos, no son aptos ni para vegetarianos ni para veganos. Esto es porque se suelen hacer con manteca de cerdo. Curiosamente la receta que lleva en mi familia generaciones no utiliza la manteca de cerdo y lo sustituye con aceite. A mí­ me gusta usar una mezcla de aceite de oliva y de girasol, pero si el aceite de oliva no es muy fuerte (como el aceite de oliva de freir) entonces se puede usar en su totalidad. Es una sustitución muy sencilla pero muy afortunada ya que de esta forma se puede disfrutar por todos y hace que los mantecados sean más ligeros. Esta receta de mantecados es 100% apta para vegetarianos y veganos además de mucho mas sana.

Curry de garbanzos dhansak

A mí­ me encanta la cocina hindú en general, creo que es una gran desconocida en España y tiene tantas especias y aromas que nadie puede acusarla de ser sosa o aburrida. La cocina hindú es increí­blemente variada, no todo es curry (que por cierto, significa salsa), pero es muy buena para vegetarianos y veganos ya que muchos de sus platos o no llevan carne o se pueden adaptar muy fácilmente.

La salsa dhansak tiene elementos de la cocina persa y de la región del Gujurat, y tradicionalmente se hace con carne de cordero o cabra con una salsa de lentejas, verduras y arroz. Este versión obviamente no incluye carne, ¡pero es que no hace falta! Con garbanzos sale un curry dhansak delicioso y ademas muy saludable y completamente apto para veganos.

La base de la salsa es de lentejas rojas que son muy pequeñas y se desintegran para hacer una salsa espesa y cremosa junto a las especias. El anís estrellado le da un toque exótico y delicioso. El resultado es un curry que sorprenderá no solo con su sencillez sino también con su complejidad de sabor.

Guacamole tradicional

El guacamole es un plato tradicional mejicano y es un aperitivo exquisito hecho con aguacate, cilantro y algún cí­trico. El guacamole es tan fácil de hacer que muchas veces me pregunto por qué la gente lo compra ya hecho en el supermercado cuando la versión casera está mucho más buena. El guacamole de supermercado suele ser en forma de pasta lisa y uniforma, sin embargo a mi me gusta con una consistencia má¡s gruesa, más rústica. Para mi­ es más auténtica así­, solo hay que machacar los aguacates con un tenedor y añadir el resto de los ingredientes. Dicho esto, cada uno que lo haga como más le guste, ¡para gustos colores!

Chili con alubias

El chili es un plato típico de Méjico pero la versión tradicional está hecha con carne. Es muy fácil hacer un chili con carne vegetal sustituyendo la carne por soja texturizada, seitán o cualquier otro sustituto similar. Dicho esto es más fácil aun hacerlo con diferentes tipos de alubias, sobre todo si las alubias ya están cocinadas (es decir, de tarro o de lata). Esta versión utiliza tres tipos de alúbias diferentes para conseguir sabores y texturas diferentes pero siendo fiel al principio de un buen chili, que es una salsa picante con cilantro, comino, y pimientos.

El chipotle es un pimiento seco (conocido como jalapeño cuando está fresco) y da un sabor muy bueno, un poco picante y ahumado. Si no se encuentra pimiento chipotle siempre se puede usar  pimentón dulce y pimentón picante para sustituir. El extracto de levadura da un sabor sabroso y salado que se mezcla perfectamente con los otros sabores del plato para dar un sabor profundo al paladar. Cualquiera dirí­a que esta plato ha tardado horas en hacerse pero en realidad es muy fácil, rápido de hacer y es totalmente vegano.

Bizcocho de limón y canela

La combinación de limón y la canela es muy clásica y tradicional en la repostería del sur y de Gibraltar. Este bizcocho tiene todo el sabor tradicional del limón y la canela y a la vez sale esponjoso y húmedo. Lo mejor es que es totalmente apto para veganos.

Además de ser un bizcocho vegano es facilí­simo de hacer. Se reemplaza el huevo por algo de vinagre y bicarbonato que actúan como fermentadores, al igual que hace el huevo, y hacen que el bizcocho suba y esté esponjoso. Lo mejor de todo es que el sabor del vinagre desaparece en el horneado y demuestra que no hay necesidad de utilizar huevos para hacer un bizcocho. He hecho este bizcocho en varias ocasiones y no le dije a nadie que era vegano, nadie cuestionó ¡y nadie noto nada diferente!

Puchero vegano

Esta receta de puchero está basada en el puchero andaluz pero no lleva nada de producto animal. El puchero andaluz tradicional es una sopa hecha con garbanzos, verduras, carnes varias, huesos, ví­sceras y yemitas (huevos que la gallina no ha puesto aún). La sopa de suele comer de primer plato y las carnes de segundo, conocido como ‘la pringá’. Lo que sobra se aprovecha para hacer croquetas o ‘ropa vieja’. Como muchas comidas tradicionales no se desperdiciaba nada y era una forma de usar todo del animal.

Obviamente el puchero tradicional no es apto si no se consume carne ni productos de origen animal, y leyendo la lista de ingredientes tradicionales puede sonar a pesadilla vegana. Dicho esto, era uno de mis platos favoritos y por eso me propuse hacer una versión totalmente vegana y super sana, con algunas modificaciones claro está.

Utilizo dos condimentos que pueden parecer poco convencionales pero dan ese sabor sabroso que tiene el caldo. El primero es extracto de levadura (Marmite) que se usa en muchos productos para da sabor a carne pero es de origen 100% vegetal y apto para veganos. El segundo condimento es la pasta miso que da un toque sabroso y se puede encontrar en muchos herbolarios. Ambos ingredientes son opcionales pero merece la pena tenerlos en la despensa.

Me gusta usar garbanzos lechosos (o garbanzas) ya que tienen mejor textura y sabor que los garbanzos pequeñ±os. Todos los no-vegetarianos que han probado esta receta de puchero vegano no salen de su asombro cuando se dan cuenta que no lleva absolutamente nada de carne ni de producto animal.

Gazpacho casero

El gazpacho es un aliado perfecto del calor ya que es refrescante, ligero y tremendamente saludable. Hacer gazpacho en casa es muy fácil y a la vez económico, y aunque hay algunas marcas que son muy buenas pero para lo fá¡cil que es de hacer merece la pena hacerlo uno mismo.

La calidad de los tomates es primordial ya que tienen que tener buen color, olor y estar maduros para que aporten buen sabor. Es conveniente pelar los tomates porque si no habrá que tamizar el gazpacho que es más trabajoso al final. La forma más fácil de hacerlo es meterlos enagua hirviendo durante un minuto y la piel se desprenderá fácilmente.

El gazpacho casero tiene un color anaranjado y no rojo como en los que venden ya preparados. Una cosa a tener en cuenta es que el sabor del ajo se intensifica conforme pasa el tiempo. A mi­ me encanta el ajo pero en el gazpacho suelo ser bastante conservador en la cantidad que le echo. Si te gusta con un sabor mas picante o intenso a ajo siempre se le puede echar más, ¡hay que hacerlo a gusto de cada uno!

Seitán cocido

El seitá¡n originó en la China hace miles de años y ha sido utilizado como sustituto de la carne. Se sigue viendo en restaurantes chinos como ‘pato vegetal’ o ‘pollo vegetal’. El seitán viene del trigo, es lo que queda de la harina cuando se le quita todo el almidón y está compuesto por la proteí­na del gluten. Es por eso que el seitán no es apto para aquellos que son intolerantes al gluten y mucho menos para los ceííacos. Dicho esto, la cantidad de proteí­na en el seitán es considerable y es comparable con las carnes más consistentes así­ que es una buena fuente de proteí­na vegetal.

El seitán se puede comprar ya hecho pero es un poco caro a mi parecer. Afortunadamente es relativamente fácil comprar la harina de gluten (en venta en supermercados como Carrefour) y a muy buen precio. También es cierto que la harina de gluten absorbe mucho líquido y esto hace que la cantidad final sea bastante mayor. Hacer seitán en casa resulta económico a pesar de que la harina pueda no parecerlo.

Hay varias formas de hacer seitán, y este método para mi es quizás el más fácil ya que se hace la masa, se lí­a en un trozo de tela de algodón (muselina a ser posible) para que retenga la forma y se mete en la olla exprés. El seitán absorberá el lí­quido a través de la tela pero no se deformará y el seitán saldrá jugoso. Si no se tiene una olla exprés no pasa nada, se puede hacer en una olla normal solo que tarda casi el doble de tiempo.

El caldo donde se hace el seitán tampoco se tira una vez que esté hecho. Se puede aprovechar como base para hacer sopas o salsas.

Potaje de lentejas

El potaje de lentejas es un plato muy tradicional y como muchos potajes y guisos la receta tradicional lleva bastante embutido. No obstante es muy fácil hacer una versión apta para vegetarianos y veganos, mucho más saludable y que retiene todo su sabor.

Para compensar la falta de embutido solo hay que incrementar la cantidad de ajo y pimentón o ñoras (pimientos secos) que son los condimentos principales en el chorizo, por ejemplo. Las lentejas además son una buena fuente de proteínas y si se combina con arroz ya tenemos una proteí­na completa.

Es preferible usar lentejas secas porque solo tardan media hora en cocer y además no hay que ponerlas en remojo la noche antes. Esta receta da de 4 a 6 porciones y se puede hacer de antemano y congelar perfectamente en porciones individuales.

Falafel con salsa de tahini

Los falafel son muy populares y una comida muy corriente en muchas partes del medio oriente. Son como albóndigas a base de legumbres con especias, fritas y servidas con humus o salsa de tahini (pasta de semilla de sésamo). El tema de su origen es algo polémico, se cree que tiene su origen en Egipto, sin embargo, es uno de los platos nacionales de Israel. A mí eso no me preocupa demasiado, solo sé que cuando voy a un restaurante libanés suelo pedirme un aperitivo (mezze) de falafel porque es uno de mis favoritos.

Los falafel se pueden hacer con garbanzos o con habas, o una combinación de ambos. Los garbanzos son más típicos de la zona de medio oriente mientras que las habas se usan más en Egipto. Ambas opciones son buenas, aunque yo prefiero los garbanzos.

Los falafels se pueden comprar en el supermercado pero no tienen ni punto de comparación con los caseros. Solo hay que ser un poco previsor y poner los garbanzos en remojo la noche antes, o al menos 8 horas antes. Desafortunadamente  los garbanzos ya cocidos de tarro no funcionan para esta receta porque tienen demasiada agua y aparte de tener un sabor algo distinto a los garbanzos en remojo, no permiten que se forme una masa consistente para hacer los falafel. Al menos yo nunca he tenido éxito con garbanzos de tarro.

Acompaño los falafel con una salsa muy sencilla de tahini porque pienso que los falafel (al igual que los garbanzos) son aliados naturales de la pasta de semillas de sésamo. Los falafel se pueden comer como un aperitivo, o también están riquí­simos en un pan de pitta con ensalada, como si fuese un kebab.

Brownies de chocolate vegano

Aun no he encontrado persona que no le gusten los brownies de chocolate…tan ricos, crujientes por fuera y tiernos por dentro. Son el postre perfecto para los amantes del chocolate. Esta receta es completamente vegana ya que no lleva ni huevos ni lácteos, pero no por eso está menos rica, ¡sino todo lo contrario!

Normalmente las recetas de brownies no llevan boniato (o batata) pero es un ingrediente muy bueno para usar porque no solo aporta dulzor sino que tambén da una buena textura y une la masa de la misma forma que lo harí­an los huevos. Tampoco suelen llevar dátiles pero aportan dulzor y dan una textura suave. El boniato y los dátiles ayudan a utilizar menos azúcar que los brownies convencionales y a dar esa textura que hace que se derrita en la boca.

Esta receta también contiene mucho chocolate usando chocolate negro con 70% de contenido de cacao, y cacao en polvo, además con algo de café que actúa como potenciador del sabor a chocolate. Esto hace que tenga un sabor muy intenso a chocolate. Una cosa está clara, y es que es imposible comerse solo un trozo de este brownie, ¡se repite una y otra vez!

Guiso de alubias con judías verdes

La inspiración de esta receta vino de una buena amiga mía que es de Turquí­a, y viví­amos juntos durante nuestros años en la universidad. Es una receta muy fá¡cil y que usa legumbres de tarro ya cocinadas. No hay nada de malo en usar algunos atajos aquí­ y allí, al revés, asi­ uno se ahorra tiempo y es mucho más conveniente. También usando legumbres secas hay que ponerlas en remojo la noche antes y aunque eso estámuy bien a veces, hay otras que uno tiene que dar prioridad al tiempo y conveniencia. Las alubias que usé para esta foto son alubias de ojo negro, pero se puede usar cualquier otro tipo como la alubia blanca o habas.

Lo bueno de este guiso es que solo tarda unos 20 minutos en hacer que es lo que tarda el arroz en cocer, si se va a servir con arroz. También podría servirse con quinoa o trigo, ya la elección es de cada uno. Las legumbres son una buena fuente de proteínas vegetales y la salsa es muy sabrosa con un ligero toque ácido del limón y ahumado del pimentón.